lunes, 12 de diciembre de 2011

Ibdan de Avrad


Actualmente poco se supo de Ibdan de Avrad pues lo que llegó a oidos de la gente es que le juró su poder al Dios Fenicio Dagon y este le encomendó vigilar las aguas. Se dice que aparenta no mas de 23 años de edad y que fue uno de los piratas más importantes del mediterráneo, y su reputación así lo indica. Varios comerciantes y marinos temen su encuentro. Los políticos más importantes le conocen y saben que deben tenerlo siempre conforme.

La historia que se conoce de Ibdan es que nació en el pueblo de Avrad, en Fenicia. Sus padres eran hombres libres, hasta la invasión persa, 5 años después. En ese momento ambos fueron esclavizados, dejando a Ibdan al cuidado de un tío suyo, un comerciante marino. Lo que se conoce es que Ibdan pasó los siguientes 8 años a su crianza, edad en la que un grupo de piratas irrumpió en el barco y lo asesinó. Algunos asumen que quien le cuidó secretamente se trató de un legendario Pirata desaparecido hace siglos y que la persona que le cuidó se trato en realidad de un importante filósofo exiliado.

Lo que se sabe es que a partir de ese momento, Ibdan quiso seguir sin éxito los pasos de su tío. Los hombres, fieles, siguieron al joven, pero la compañía se quebró rápidamente. Ibdan fue a parar a unos puertos al sureste, en la frontera de Egipto. Allí, un hombre trató de quitarle unas monedas un día, y vio que el muchacho tenía un espíritu feroz. Aquel hombre se llamaba Kefrén.

Kefrén quedó muy impresionado por el espíritu de Ibdan, y decidió incorporarlo a su familia. Resultó ser que Kefrén era un conocido pirata egipcio (Ibdan había oído su nombre más de una vez de hecho), líder del famoso Imperio del Mar. Eran tres capitanes, todos con las mismas responsabilidades, sin embargo, Kefrén tenía un poco más de voz, ya que había sido el fundador de la misma, y el más temible de ellos.

Ibdan fue presentado como el cuarto pirata, algo que no agradó mucho a Calixto y a Hassan, los otros dos capitanes. Sin embargo, bastó un par de meses para que aprendieran a respetarlo, por su personalidad, y por su osadía.

Resulta que solo dos semanas más tarde, mientras los cuatro capitanes estaban en el mismo barco, probando la valentía de Ibdan, abordaron un enorme barco persa, que tenía unos cuantos mercenarios a bordo. Ibdan fue quien logró llevarse todo sin que ocurriera una matanza, cuando consiguió prender fuego una madera y amenazó con tirarla sobre el alcohol que había vertido sobre cubierta si los comerciantes se resistían.

A partir de ese momento, Ibdan se convirtió en uno más de los capitanes, miembro del. Desde entonces, comenzó toda una nueva vida para aquel muchacho de 13 años.

Ibdan pasó los siguientes 2 años reclutando marinos dispuestos a dar su vida por él. Era un muchacho muy carismático y decidido, que no tenía nada que perder, y mucho por ganar. Sin embargo, no buscó marinos que se le unieran por las promesas de oro y plata, sino aquellos arrojados al a aventura, y con honor y espíritu de hermandad. Así, a la edad de 15 años, consiguió su propio barco: El Sayyad Nadad (El cazador errante).

El Sayyad Nadad era un barco imponente. Contaba con un estilo fenicio único, muy dinámico y rápido. Tenía la capacidad de poder disfrazarse de barco pesquero, y contaba con espacio como para 50 tripulantes.

Tras unos 4 años, Ibdan tenía ya 19 años, y una reputación formada. El Sayyad Nadad era un barco temido, y nadie deseaba encontrárselo. El Imperio del Mar tenía una gran fama. Los políticos de la zona les pagaban un “impuesto” periódicamente para poder navegar libremente y no tener conflictos, aunque los pagos mayormente iban con la intención de entorpecer negociaciones de ciudades vecinas.

Kefrén, Calixto, Hassan e Ibdan tienen una relación casi de hermanos. Incluso su trato es así con los marineros de a bordo. Los tripulantes del Sayyad Nadad darían su vida por su capitán, así como él lo haría por ellos. Conforman una fraternidad exitosa y conocida, cuya base secreta (a la que solo tienen acceso los 4 capitanes) se ubica en Creta.

Ibdan es un pirata conocido y temido, sobre todo por aquellos que le conocieron. Su nombre suena entre piratas, ladrones, comerciantes y también entre los principales políticos y soldados dedicados a los barcos. Ejércitos han solicitado sus servicios, así como importantes ciudadanos que necesitaban un viaje seguro. Sin embargo, todos saben que al tratar con Ibdan hay algo muy importante por saber: para él no hay nada más importante que su propia gente, y que al tratar con él se entra en su juego, y en él se siguen sus reglas.

Se conoce una charla entre Ibdan y Alejandro, donde dicen que el Pirata fue capturado por este y una ves así en persona le preguntó:

- ¿qué te parece tener el mar sometido a piratería?,

A lo que el pirata contestó

- Lo mismo que a ti el tener al mundo entero; sólo que a mí, que navego en una galera, me llaman Pirata y a ti por hacerlo con toda una flota, te llaman Emperador".

Se dice que solo con Alejandro Magno, Ibdan logró entablar una relación duradera.

Algunos pocos afirman que Ibdan fue presentado ante Poseidon y que este le a otorgado poderes que le permiten controlas la oscuridad de las profundidades del mar lo cual hace del mediterraneo un lugar temible por la noche para quien decida surcarlo.